12/10/2007

Adviento

Todos los tiempos tienen sus épocas oscuras y todas las vidas, también pero a todos los años les llega su diciembre que nos dice: soy la época de adviento.

Mil campanas, unas de voces graves, otras como un carillón de cristal nos dicen: espera, espera, espera…. Por muy oscura que sea la noche, la mañana llega.

Hay un advenimiento: en un Nazaret lejano llegó un niño que enseñó, con su vida y con su muerte el evangelio del amor. Amaos los unos a los otros. De nada valen los esfuerzos humanos si no se les pone amor.

Y sin embargo hay navidades tristes: las de aquellos que las esperan solitarios; de los enfermos, de los olvidados en las cárceles, en los asilos, en los hospitales o de los que tienen el corazón tan lastimado que las campanas de adviento tienen sólo un eco gris, lastimero y triste.

Mis campanas de adviento esta vez tienen un eco jubiloso .Espera, me dicen, los que más amas llegarán como llegaron los reyes magos a Belén y han de traerte sus manos y sus ojos colmados de amor.

Lo más precioso de tu existencia, la razón misma de ella, el legado que has de dejar para hacer de este mundo un lugar mejor, tus hijos, que la vida dispersó, se reunirán en esta Navidad y se unirán a ti en un hermoso abrazo.

Adviento, tiempo glorioso de adviento, sopla tu brisa que entibia mi corazón y déjame acunar esta esperanza hasta que llegue mi Navidad.