Sombras
Desde el balcón que era nuestra atalaya,
¿lo recuerdas?
veo llegar las sombras.
Se comen la plazuela poco a poco
y la convierten en un oscuro pozo.
Luego estiran sus dedos silenciosos
y me tocan.
Entonces busco, igual que ayer,
a tientas,
tu mano defensora
y tu mano se ha aliado con las sombras
1 Comments:
Es muy fuerte este tu texto, además de perfecto. Lo voy a guardar entre mis favoritos, que son pocos.
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