10/15/2009

Los otros

Después llegó la niña .Pequeñita, nerviosa, inteligente como pocas. Modesta y tímida como una violeta pero capaz de soñar un ideal, por enorme que fuera y ponerlo a la práctica desafiando todos los obstáculos y todos los peligros.

Quiso ser maestra y derramó su amor inteligente, sin ponerse tasa ni medida, sobre sus alumnos pequeñuelos y también sobre los grandes; haciendo suyos sus problemas, sufriendo y alegrándose con ellos., guiando sus pasos, formando sus mentes.

Ha hecho de su hogar un centro desde el cual extiende sus brazos protectores al pasado, hacia su madre y al futuro, hacia su hija. Es el nexo de amorosa comunicación entre sus hermanos.

Con destreza y con imaginación ella es capaz de solucionar todos los problemas.


Y finalmente llegó el benjamín como sacado del libro de aquel escritor que soñó un principito .
Mientras crecía llenaba su espíritu de música, de libros y de fantasía.

Un día se agrandó y decidió dedicar su vida nada menos que ha luchar contra el dolor, la enfermedad y la muerte.

Allí está escudriñando con inteligencia y pasión los oscuros misterios de la vida para encontrar el bálsamo que cure las heridas-
Es incansable en su afán de superar sus metas y alcanzar nuevos logros.
De su intuición, su capacidad y la habilidad de sus manos depende, cada día, que el dolor y la muerte salgan derrotados.

Son mis tres saetas lanzadas a la vida. ¿Cuál de ellos es más grande? ¿Cuál ha ido más lejos? Para mí son iguales y junto al modesto árbol que planté y al pequeño libro que escribí, mi tarea en la tierra está cumplida.

¿Qué hice yo para merecer tanto? Tan sólo Dios lo sabe o es, simplemente, un exceso de su bondad divina.

Pronto he de irme pero, abrigada por esos tres amores, no sentiré el frío de la muerte. Y partiré contenta pues todo el bien que ellos esparcen es mi legado.