10/04/2009

Reunión de familia

Esta mañana fuimos a visitarte, como de costumbre, el último domingo del mes.
Éramos cuatro generaciones:: el pequeñito, su madre, su abuela y su bisabuela, además, un abuelo de escolta.
El cielo de una primavera temprana y traviesa nos brindaba un sol tibio, en algunos momentos una nube y hasta una rociada ligerísima y gentil.
Nos sentamos todos en el suelo, sobre el césped, alrededor tuyo. Los pájaros, tus constantes compañeros, se sumaron a nuestras voces y a nuestras risas. Tu hija te llevó un hermoso ramo de claveles
La reunión fue amena, comentamos los sucesos cotidianos y, como siempre, acabamos hablando de cine, de películas, de actores mientras el pequeñín dormía con la placidez de un ángel.
Aunque no tomabas parte en la charla, estoy segura de que disfrutabas el momento porque tu silencio no era hostil, ni pesado ni triste.
Fue una amable reunión, como aquellas casuales que se realizan en cualquier rincón de la casa.
Nadie hubiera dicho que estábamos reunidos alrededor de tu tumba.